Freno al crédito al consumo endurece el entorno de la banca

La banca venezolana ha demostrado capacidad para adecuarse a entornos difíciles tras seis trimestres de recesión y una batería de controles que deja en manos del Estado la fijación de las tasas de interés, el monto de las comisiones por servicios y el destino de la mitad de los créditos, pero el margen de maniobra se reducirá más en 2011.



La Asamblea Nacional aprobó una reforma a la Ley de Bancos que impide destinar más de 20% del total de préstamos a través de las tarjetas de crédito, el nicho más rentable.



Los bancos pueden cobrar un máximo de 29% por los préstamos que entregan a través de tarjetas de crédito mientras que el resto del financiamiento tiene un techo de 24% y en el caso de los sectores considerados estratégicos, que consumen 47% de la cartera, las tasas de interés son aun más bajas.



Las cifras de noviembre indican que dos importantes bancos privados se verán obligados a disminuir su presencia en el mercado de las tarjetas de crédito y otro grupo tendrá que frenar el crecimiento para no superar la barrera.



La regulación, que deberá ser acatada en 180 días, llega en momentos en que la banca registra una caída importante en las ganancias operativas, es decir, las que reflejan el beneficio obtenido a través del corazón del negocio como los préstamos y las inversiones en bonos.



Un estudio elaborado por la calificadora de riesgo Fitch, determina que las ganancias operativas de la banca venezolana se ubican en el nivel más bajo desde la crisis financiera vivida entre 1994 y 1995.



Al cierre de 2009 las ganancias operativas representan 1,6% de los activos, cuando el promedio de los diez años anteriores superó 4%.



Gracias a que la banca ha sido capaz de disminuir el costo de las captaciones incrementando el peso de los depósitos que reciben menor remuneración, y beneficios provenientes de la devaluación, las ganancias operativas aumentan hasta 2% de los activos en el primer semestre de este año y Fitch estima que se mantendrán en este nivel durante 2011.



La calificadora añade que las ganancias representarán 20% del patrimonio, una magnitud inadecuada para compensar la elevada inflación que padece Venezuela.



Además de la restricción para los préstamos con tarjetas la nueva regulación obliga a deshacer en seis meses los grupos financieros, obligando a los bancos a vender sus empresas de seguros y casas de bolsa.



El gigante



Otro factor a tomar en cuenta es la competencia con el Estado que en 2010 se convirtió en el principal banquero del país.



En este momento el grupo financiero controlado por la administración de Hugo Chávez, conformado por Bicentenario, Venezuela, Industrial, Banco del Tesoro y Banco Agrícola, domina 30,68 de cada 100 bolívares que los venezolanos tienen en depósitos y gestiona 20,46% de los créditos.



Banesco, la entidad financiera privada de mayor tamaño, tan solo cuenta con 13,35% de las captaciones y 16,24% de los créditos.



De esta manera el Ejecutivo dispone de una red de agencias que cubre todo el país y le permitiría aumentar la concentración de los depósitos de empresas emblemáticas para la economía venezolana que estatizadas en los últimos cuatro años como la Electricidad de Caracas, Cantv y el sector cementero, entre otras.
El Universal

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